Siempre que viajamos lo hacemos por nuestra cuenta, evitando los intermediarios como ser una agencia de turismo; para que nuestros viajes resulten bastante “gasoleros”. Para ser honestos no teníamos idea de que en Turquía existían playas tan hermosas como las que visitamos y mucho menos nos hacíamos la idea de ir a un lugar All Inclusive donde tengamos todo servido. Nuestro plan de viaje a Turquía se resumía en una ciudad: Estambul. Y vaya que estábamos equivocado.
A medida que investigamos sobre el país turco nos encontramos con artículos que decían “Qué hacer en Costa Turquesa” “All inclusive en Turquía” “Una semana de playa en Turquía”, etc. Y mirando fotos y leyendo más profundo nos picó el bichito sobre conocer la región denominada Costa Turquesa.
Habíamos comprado pasajes en oferta para viajar a Turquía. Además de la variedad cultural, gastronómica y aventurera, teníamos ganas de hacer playa. Resulta que en este país, las cadenas hoteleras ofrecen el modelo todo incluido y nosotros dijimos: “bueno, vamos a probar.”
Y tenemos que reconocer algo: la pasamos fantástico, lo volveríamos a hacer y a continuación les contamos los detalles.
Orange County Resort Alanya.
Desde el aeropuerto de Antalya, ciudad en la cual nos encontrábamos y alquilamos el auto para movilizarnos, nos dirigimos hacia el este por la autopista D400 costeando la Costa Turquesa durante aproximadamente una hora hasta llegar al municipio de Okurcalar, lugar donde se ubica el Orange County Resort Alanya.
¿Por qué elegimos este hotel?… No fue por recomendación de nadie. Simplemente buscamos entre toda la oferta hotelera de la zona y nos inclinamos por el que tenía una mejor relación precio-calidad. Además su arquitectura nos resultó impactante, parecía ser bastante nuevo y los comentarios de los huéspedes no estaban mal. Encontramos un precio por noche y para dos personas similar al que pagaríamos en el mismo viaje por un 3 estrellas en Atenas SIN DESAYUNO. Una locura, que no solamente lo vimos en este hotel, sino que fue algo que se repitió en toda la región, precios realmente muy accesibles para quienes venimos de este lado del mundo.
Optamos por estar solamente dos noches en este hotel porque nuestra idea principal era recorrer toda la región, y teníamos que hacer un equilibrio entre estar dos días tirados tomando sol y conocer los hermosos paisajes y atracciones que teníamos por la zona.
Instalaciones.
Desde el momento que pusimos un pie en el hotel nos enamoramos del mismo. Un lobby enorme con salas muy sofisticadas, sillones, mesas, y lugares de estar. La arquitectura en sí junto con la decoración lo hacían un lugar muy agradable y bello.
Al hacer el check-in, nos dieron la tarjeta para la habitación, una pulsera que debíamos tener siempre puesta y una lista con las actividades y servicios disponibles, con los horarios y la ubicación en el hotel.
Nos acompañó un botón con nuestras valijas hacia la habitación. La misma era espaciosa, cómoda, la cama era enorme y el baño tenía una bañera bastante alta. La ambientación tenía muchos detalles turcos.
El hotel cuenta con 555 habitaciones de diferentes calidades y tamaños. Están las estándares y las familiares. Todas cuentan con camas gemelas y francesas, bañera, ducha, aire acondicionado central, TV, minibar, piso de parquet, teléfono, WIFI y caja de seguridad.
Zona de piletas, muelle y playa.
Siguiendo con las instalaciones, había un sector con dos piletas cubiertas. Ya en el exterior, nos encontrábamos con tres piletas dispuestas una al lado de la otra; una de ellas contaba con varios toboganes, y todas estaban rodeadas de reposeras y sombrillas. Al mismo tiempo, el sector que comunicaba el interior del hotel con el exterior tenía un corredor semi cubierto con locales de comida, oficina para el retiro de toallas, bares para todos los gustos y un sector para niños (mini club) con actividades y juegos infantiles.
En todas las zonas comunes, había heladeras llenas de envases de agua listas para consumir.
A continuación de las piletas, bajando unas escaleras, nos encontrábamos con el muelle que disponía de varias camas con colchonetas que las pasaban a limpiar a menudo, en las que entraban dos personas cómodamente acostadas; un sillón a los pies de las mismas y una sombrilla. También había escaleras por las cuales teníamos acceso al mar.
Bajando por otro sector del hotel, llegábamos a una playa pequeña con reposeras, sombrillas y un sector semi cubierto también con reposeras para aquellos que no querían estar al sol. Frente a este sector y sobre el mar había unos “reservados” de dos pisos hechos en madera y hierro, con comodidades como una pequeña heladera, sillones y en algunos hasta un jacuzzi. Este último servicio se pagaba aparte.
Entretenimientos.
En cuanto al entretenimiento, durante el día había animación, juegos, fiesta de la espuma, música y shows acuáticos en el sector de las piletas. Siempre con la participación de la gente. También hay gimnasio, baño turco y sauna. Además de deportes acuáticos que se pagan aparte.
A la noche, había distintos shows para ver (fijados en una cartelera que indicaba el día, la hora y el tipo de espectáculo) en el sector del escenario con sillas dispuestas como en los teatros.
Nosotros pudimos ver un a un DJ tocando en vivo, enormes pantallas animadas, show de fuegos y toda la gente bailando al ritmo de la música. La segunda noche vimos a un grupo de baile que hacían distintos números con acrobacia y coreografías muy entretenido.
Comidas.
Todo el tiempo teníamos algún servicio de comida disponible y nunca nos iban a encontrar con las manos vacías.
Empezando por el desayuno, almuerzo y la cena. Era un servicio buffet disponible en el restaurante principal. El lugar era enorme, tenía muchísimas mesas cubiertas, semi cubiertas, con vistas al mar. Propiamente el buffet tenía una variedad increíble de cosas; muchas verduras, carnes de todo tipo preparadas de distintas maneras, pastas y un sector de postres. En cuanto a las bebidas, había “puestos” en distintos sectores para ir a buscarlas a la vez que pasaban los mozos con unos carritos por las mesas y te ofrecían de beber e iban sacando los platos usados. Obviamente, nos podíamos servir las veces que quisiéramos.
Fuera de los horarios de las comidas principales estaban los locales dispuestos como en los patios de comidas de los shopping con sus enormes carteles de lo que podías encontrar en ellos: pasta,pizza, sushi, helados, snack, cocina oriental, y hasta una pastelería. Todos tenían un horario de atención, no estaban disponibles todo el tiempo. En algunos casos era autoservicio y en otros te servía un empleado del local. El lugar para comer era un patio enorme con vistas a las piletas.
También había distintos bares, en los que se podía beber alcohol y té (los turcos son grandes consumidores de té). Pasaban música y había snacks disponibles con horarios definidos.
Por último, en cuanto a la comida había disponible una menú a la carta pagándolo aparte, el cual no tuvimos el gusto de conocer.
